Como viene ocurriendo cada otoño, este pasado viernes celebramos la Fiesta del
Farol como una forma de representar que
guardamos nuestra luz interior para tenerla viva durante el largo periodo de
oscuridad invernal que se va aproximando. Todos los niños llevan su farolillo
encendido en medio de la oscuridad de la noche acompañados de sus padres,
madres, maestros y familiares: todos unidos por la magia y la alegría de las
voces entonando canciones.
Cada uno de
nosotros somos estrellas en la tierra porque intentamos que esta luz interior
que todos llevamos brille y se mantenga encendida en cada momento de nuestras
vidas.
Los niños son
nuestras estrellas en la tierra y brillan con gran fulgor, los adultos somos
los protectores de esta luz y tenemos el privilegio y la responsabilidad de
acompañarlos durante todo su camino, protegiendo su luz con amor y volviendo a
avivarla si es preciso.
Durante esta
época vivenciamos lo que está pasando fuera: en la naturaleza los días se hacen
más cortos, el otoño empieza a desvestir los arbolitos y las hojas se secan y
se caen, los animales buscan refugio en el interior de la tierra o emigran a
otras más cálidas…
Es una época en
que las fuerzas se dirigen hacia el interior, y es un buen momento para por un
lado profundizar en nuestra vida interior y buscar o seguir nuestro verdadero
camino y por otro para pasarlo al calor de los seres queridos.
Sin duda una esta
bonita y entrañable fiesta que tambien nos invita a reflexionar sobre el significado profundo de la misma.
Recibid un caluroso abrazo!
Canción
Alumbrando este bello camino
Como estrellas en un cielo azul
Farolitos de lindos colores
Titilando regalan su luz
Y la luna se asoma creciente
En el cielo parece volar
Con la brisa de aquí (clap, clap)
Con la bruma de allá (clap, clap)
Con los niños que no paran de cantar