FUNDAMENTOS PEDAGÓGICOS.
El trato recibido por el niño ha de ser personalizado, respetuoso con los ritmos de cada niño. Para responder a sus necesidades individuales, de modo que él interiorice una idea de si mismo como alguien valioso y merecedor de respeto y de amor.
Trato cálido, compuesto por la suma de la ternura y el tiempo sin prisas.
La observación serena y atenta como búsqueda de la respuesta a las demandas del niño.
Valoración del juego libre como elemento vertebrador y sustancial al desarrollo del niño y a su felicidad.
Una relación de cariño, en la que el niño sienta un amor incondicional. Sienta protección, a la vez que confianza por parte del adulto que lo cuida, que sera la base para potenciar su autonomía.
En los tres primeros años de vida tienen lugar los tres grandes aprendizajes de la vida del ser humano, sobre los que descansa su desarrollo futuro:andar, hablar y pensar.
El hecho de que estos logros se consigan, y lo hagan de forma adecuada, depende mucho del ambiente en el que vive el niño. Sólo una relación afectiva plena y directa de otro ser humano hace que en el niño se despierte de forma natural estas potencialidades que lleva consigo.
Las bases de su posterior desarrollo o desenvolvimiento social se establecen también en esta edad pero no sobre la base de la cantidad, de personas que rodeen al niño, sino de la calidad. Y ello porque el pequeño todavía no tiene esos recursos a su disposición, no esta preparado para desenvolverse en un grupo grande de iguales, y por ello esta exposición al gran grupo se torna en inadecuada para el niño.
Es importante potenciar en los niños el pensamiento divergente en lo cotidiano.
Es vital dotar al niño de experiencias de coherencia; cuanto más variadas mejor.
El niño aprende por imitación, de ahí la importancia del modelo del adulto que lo acompaña.
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